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Origen del café en Barahona

Origen del café en Barahona

El establecimiento de cafetales comerciales, grandes para la época, motivó a muchos criollos a extender y mejorar sus pequeñas plantaciones de café –los que ya tenían algunos cafetos sembrados en sus predios–, en unos casos, y en otros a fomentar nuevos cafetales. Uno de los principales caficultores inmigrantes que se establecieron en esta época fue don Pablo Cavallo (italiano) precursor de la calidad del café en Barahona. Es importante nombrar además a Adolfo Pieraldi y Juan Guilliani como caficultores extranjeros destacados en Barahona.

Otros de los caficultores dominicanos más prominentes de este período, procedentes de la región de Barahona, fueron: José Alcántara en Neyba; don Luis Eduardo Delmonte (dueño de la extensa finca “Mi propio esfuerzo” y también precursor de la calidad del café), así como Dámaso Suero, Antonio Medina, Lorenzo Terrero y los hermanos Jaime y Carlos Alberto Mota en Barahona.

A principios del siglo XX, las más grandes propiedades destinadas a la producción de café del país fueron establecidas en Barahona, en particular las fincas de Luis E. Delmonte y Toral Hermanos, entre otras, que contaban entre 5 y 10 mil tareas  cada una y que además de cultivar y beneficiar su propio producto, se dedicaban en muchos casos a comprar el café de los pequeños campesinos aledaños.

En el Primer Censo Nacional de 1920 se indica respecto al café: “Las mayores plantaciones de este aromático grano son modernas y están radicadas en Barahona, San José de Ocoa y Baní… De un modo general puede significarse que el café en las regiones donde se le cultiva, aquí en la República Dominicana, se produce sin mayor esfuerzo que el de sembrar el árbol que vive muchos años y cosechar el fruto que por su abundancia compensa los gastos de recolección y deja una buena utilidad al cosechero”.

Para mejorar la calidad del café dominicano de exportación, en 1924 se introdujo la primera máquina pulidora de café en la República Dominicana. Este equipo fue puesto en operación por la empresa Toral Hermanos en Barahona, lo cual contribuyó a seguir mejorando la imagen interna y externa del café Barahona. Asimismo, en la década de los años 20 se inicia la producción y el comercio de café tostado en la región de Barahona. Entre 1928 y 1936 se registran en el país varias marcas comerciales de café procesado, entre ellas el “Exelsior”, cuyo titular era la empresa Toral Hnos. de Barahona.

En los primeros años de la década de 1930 los principales países compradores de café verde dominicano, en orden precedente, eran Francia, España, Italia, Estados Unidos de América y Holanda, y en menor medida Alemania, Bélgica, Suecia, las Antillas Holandesas y Francesas, Puerto Rico y Cuba, entre muchos otros. Ya para esta época era muy notoria la buena fama que estaba ganado el café dominicano en Europa, y en particular el de Barahona, lo que constituiría el inicio de unas relaciones comerciales preferenciales que todavía hoy, alrededor de 80 años después, se han logrado mantener.

Hubo en la prensa nacional a partir de inicios del Siglo XX una clara opinión en el sentido de resaltar la alta calidad del Café Barahona, asociado con los Delmonte, Toral, etc., y con la creciente demanda de este producto en Europa y particularmente en Italia.

En 1943 se realizó, por instrucciones del Poder Ejecutivo, el Primer Censo Cafetalero Nacional en el cual se tomó una fotografía de cuerpo entero de la caficultura del momento. Este primer censo presentaba la existencia de unas 9,802 hectáreas de cafetales en la región de Barahona, en 2,342 fincas con una producción estimada de 40,263 quintales.

Para 1942, se establece oficialmente la región de Barahona como una de las 4 zonas permitidas para fines de exportación. Ello ocurrió mediante el Decreto No. 1637 de 1 de mayo de 1042. Mientras que en 1956 se fijarían los tipos de café para fines de exportación: Cibao, Baní-Ocoa y Barahona, dada la fama alcanzada por estos tres orígenes del café dominicano y por sus características especiales. Para proteger legalmente este signo distintivo de carácter geográfico para el café producido en la región sur del país, se dictó el Decreto No. 2173, de fecha 20 de octubre de 1956.

Como parte de una política oficial, en los años 1968 y 1969, el Banco Agrícola de la República Dominicana adquirió varias fincas en la provincia Barahona que posteriormente se convirtieron en asentamientos de la reforma agraria a través del Instituto Agrario Dominicano (IAD). Dentro de este grupo de grandes fincas estuvieron las de la familia Ochoa, la sucesión de Joaquín Cocco, en Polo, y la de la Casa Mota, tres de las principales fincas cafetaleras de esa provincia, que fueron seccionadas en partes minúsculas para ser adjudicadas a pequeños parceleros de la reforma agraria. En el año 1968, en una primera entrega se repartieron 5,500 tareas a 245 agricultores para dedicarlas al cultivo del café en el denominado proyecto Santa Elena del Instituto Agrario Dominicano. Posteriormente fueron establecidos otros asentamientos agrarios dedicados al cultivo del café en Los Manantiales, Mencía, Aguas Negras y La Altagracia.

Durante esta década de los 60 ocurrieron algunos cambios importantes en la cultura cafetera dominicana que todavía al día de hoy subsisten como parte de nuestra idiosincrasia. Fue introducido al país un gran número de pequeñas despulpadoras manuales que fueron a parar a manos de los propios caficultores, ya fueran importadas por las empresas exportadoras y vendidas a sus clientes o adquiridas por éstos en el mercado local. Como resultado de lo anterior, a principios de los 70, el 40% de las fincas tenía capacidad para despulpar su propio café y, como consecuencia de ello, este grupo de caficultores ya no vendía ni entregaba su cosecha en uva.

Durante los años 70 y 80, al Café Barahona continuó de manera sostenida en el comercio exterior cafetero de República Dominicana.

Durante el año 2002, el Poder Ejecutivo dictó el Decreto No. 819-02, que establece el Reglamento sobre la recolección, el beneficiado, la clasificación, la exportación y la industrialización del café, mediante el cual se mantiene la protección legal del “CAFÉ BARAHONA” como uno de los tipos de exportación de la República Dominicana.

Denominación de origen Café Barahona. Resultados de investigación